Sociedad

5 ventajas de hacer el Camino de Santiago en bicicleta

Apostar por una manera diferente de hacer las cosas. Este es el lema que suele regir las inclinaciones de todos aquellos que deciden realizar el Camino de Santiago en Bicicleta. Se trata de un modo de buscar un punto más atractivo en una peregrinación emblemática que ya lo es de por sí.

Caracterizado por una dinámica que combina naturaleza y reflexión, el Camino se presta de igual modo a incluir el factor de las dos ruedas, del que se desprende una serie de ventajas que a continuación pasamos a describirte. Seguro que este verano te decides a cambiar el bastón por el pedaleo. Además, en www.pilgrim.es tienes toda la información que necesites al respecto.

Rutas con encanto

Una vez llegado el momento de emprender el viaje en bicicleta es importante seleccionar una ruta que no defraude lo más mínimo a lo largo del recorrido. Lo bueno de decantarse por los pedales es que existen disponibles itinerarios específicos que permanecen menos masificados y en un estado más puro de naturaleza. Se trata de una ventaja de la que los caminantes no pueden gozar en el mismo nivel y con la misma intensidad que aquellos que hacen el Camino de Santiago en bici. Además, este tipo de itinerarios se dan en los principales tramos, como pueden ser el camino vasco, el francés, el primitivo o la vía de la plata, entre otras muchas opciones igualmente fascinantes.

Más distancia en menos tiempo

En primer lugar, hay que tener en cuenta que si no has disfrutado de la ocasión de hacer el Camino de Santiago desde inicios de etapa más distantes, ahora podrás hacerlo con la bicicleta, ya que esto facilita mucho las cosas. Por lo general, todo el cuerpo de peregrinos que decide formar parte de este célebre trayecto en bicicleta multiplica por dos el número de kilómetros que hubieran recorrido de la manera habitual: a pie.

Esto supone un importante beneficio, y es que así es posible explorar el Camino de una forma mucho más profunda cuando el tiempo para peregrinas es muy ajustado. En este sentido, uno puede alcanzar la conquista de parajes realmente preciosos cuyo acceso a pie es altamente limitado. Así, surge la opción de descubrir rincones y pueblos sin necesidad de gastar minutos en la ruta principal.

Un respiro para el cuerpo nunca viene mal

Es cierto que aún está por ver que montar en bicicleta durante un buen puñado de kilómetros sea más beneficioso para la salud que realizar una caminata extensa, pero lo innegable, desde un punto de vista médico, es que se trata de una actividad deportiva plagada de inmejorables resultados.

Montar en bicicleta favorece el incremento significativo de la capacidad de los pulmones, rebaja considerablemente los índices de colesterol y azúcar en el sistema circulatorio, provoca la eliminación de un mayor número de calorías, mejora el flujo de la sangre y nos salvaguarda de contraer un buen ramillete de enfermedades. En este contexto, el cuerpo sufre mucho menos al ir en bici, y es que el peso se reparte de una manera más equilibrada, algo que ayuda a mantener las articulaciones en buen estado de conservación.

La posibilidad de alternar también cuenta

Esto, a priori, puede parecer una banalidad, pero contar con la posibilidad de alternar de modalidad de peregrinaje en cualquier momento supone una gran ventaja para luchar contra el peso mecánico de la rutina. Ir en bicicleta te permite bajarte de ella para reanudar la marcha a pie, cosa que a la inversa no sucede si se ha decidido prescindir de la bici. El hecho de tener la opción de decantarse en todo momento por un medio de transporte u otro contribuye mucho de manera efectiva con generar un óptimo ambiente de bienestar, que siempre es de agradecer a la hora de sentirse un poco más libre.

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