Así se rearma Turquía para transformarse en la enorme superpotencia militar del Mediterráneo
Si hay un político, económico y militar que cada vez cobra más relevancia en el contexto internacional, ese es Turquía. Erdogan, imbuido por exactamente el mismo espíritu que Putin de resucitar viejos imperios, desea devolver a su país la gloria del Imperio Otomano, si no tanto como ambición territorial, sí por lo menos desde determinado punto de visto geoestratégico.
Lo hemos podido ver en el rol que juega el régimen como puente intermediario entre Ucrania y Rusia, lo verificamos asimismo en ese doble juego como país miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte mas que sostiene buenas relaciones con Moscú y Beijing, en su papel de “potencia” en Siria o Irak, donde interviene militarmente prácticamente a su antojo y conveniencia en función aun de la situación política interior, como ocurrió el pasado veinte de noviembre cuando bombardeó los dos países tras el atentado de la ciudad de Estambul…
A todo ello hay que incorporarle el cada vez más esencial papel militar que juega en el Mediterráneo y en el Mar Negro, disputando el rol preponderante con otros países como España, Italia, Argelia o Marruecos.
Y es que no hay que perder de visto el fuerte rearme que está haciendo en los últimos tiempos y que coge impulso estos meses con abundantes proyectos en marcha, muchos de ellos de fabricación nacional, como es el caso de las aeronaves no tripuladas que tan esencial papel juegan en Ucrania y ya antes en otros enfrentamientos, de su nuevo portaaeronaves construido en cooperación con España, y, ahora, del nuevo caza de quinta generación que está desarrollando a solas y que está previsto que vuele en dos mil veintitres.
El propósito es la autosuficiencia y, en este sentido, sus fuerzas armadas ya emplean gran pluralidad de armamento desarrollado y fabricado en Turquía, si bien en ciertos casos, como el portaaeronaves TCG Anadolu desarrollado por Navantia y “gemelo” del de España LHD Juan Carlos I: los helicópteros de Reconocimiento y Ataque Táctico como los T129 ATAK de la compañía turca TAI, el fusil de ataque MPT-setenta y seis, producido por MKEK, el tanque Altay, elaborado por un consorcio de empresas turcas y que podría estar operativo el año próximo, el radar Mildar para helicópteros y UAV; el blindado de transporte de tropas Kirpi o el misil antitanque UMTAS, desarrollado de entrada para el helicóptero ATAK mas que se va a poder integrar en otras plataformas.
Otro ejemplo es el pequeño misil Bozok con guía láser, desarrollado por TÜBİTAK, un Instituto de Investigación Científica y Tecnológica de Turquía, para cargar en los drones turcos Bayraktar TB2 y que aporta mayor capacidad de ataque a los automóviles aéreos no tripulados merced a su tamaño enano y a su escaso peso, que le deja amoldarse con suma sencillez a los TB2, que por sus dimensiones no pueden cargar armas de gran peso. Conforme su desarrollador, el Bozok pesa dieciseis kilogramos y mide unos ciento veinte milímetros de largo. Los misiles que porta en la actualidad el dron de Bayraktar son los MAM-L, de veintidos kilos y un metro de largo.
Ya, el proyecto más aguardado es el citado caza de quinta generación. Conforme notificaron las autoridades turcas la semana pasada, el TF-X, como se le llama de momento, ya se halla en la línea de ensamblaje final. La compañía Turkish Aerospace Industries (TUSAS), primordial integrador en este proyecto ordenado por la Dirección de Industria de Defensa de Turquía (SSB), que es la entidad de adquisiciones militares del país, daba a conocer las primeras imágenes de un aparato en la línea de montaje en avanzado estado de construcción.
El jalón, festejado en una liturgia en la que han participado funcionarios del Ministerio de Defensa, de SSB y del Mando de la Fuerza Aérea, ha consistido en el traslado de los fuselajes delantero y central delantero, del módulo de ala y de las partes traseras del fuselaje del prototipo a la línea ensamblaje final, donde va a tener sitio el montaje y la integración del sistema de este prototipo que está previsto que esté listo en el mes de marzo de dos mil veintitres para comenzar sus pruebas en tierra, conforme ha informado agencia de prensa del gobierno turco Anadolu.
En palabras del jefe de la SSB, Ismail Demir, “hemos abierto el telón, mas tenemos un largo camino por recorrer”. A los profesionales que trabajan en el proyecto Demir les ha amenazado a sentirse orgulloso pues un día van a poder decir a sus hijos y nietos: “Fuimos una parte del equipo que edificó el primer aeroplano de combate a reacción de Turquía”.
Este verano arrancó el concurso de cara al desarrollo del motor que pertrechará este futuro aeroplano de combate de quinta generación. El proceso se restringe a fabricantes turcos, de los que dos, Tusas Engine Industries, y TR Motor, respondieron en un inicio a la petición de propuestas.
Conforme el propio fabricante del aparato, Tusas, “será un aeroplano versátil, desarrollado eminentemente para funciones aire-aire teniendo presente asimismo las funciones aire-superficie. Tras el análisis de ingeniería, los cálculos preliminares, basados en la información recibida de los distribuidores de motores aspirantes, se decide que el aeroplano TF-X tiene una configuración bimotor”. Además de esto, incorporará bahías de armas internas, sistemas de de inteligencia artificial y redes neuronales. Está previsto que este aparato se sostenga operativo hasta la década de dos mil setenta y va a ser interoperable con otros activos de las fuerzas aéreas turcas.
Este potencial turco se está transformando en una de las señas del país y ya en dos mil veintiuno el presidente Recep Tayyip Erdogan aseguró, a lo largo de la botadura de la fragata TCG Istanbul, que fue presentada como una de las joyas de la marina, que “somos uno de los diez países que pueden diseñar, edificar y sostener sus navíos de guerra”.
Es verdad que el país se ha visto obligado en cierta forma a desarrollar esta industria: la falta de confianza que lúcida el régimen de Erdogan en Occidente, sobre todo en USA, por sus “coqueteos” con Rusia y China o sus fricciones con Israel o con los kurdos, ha provocado la suspensión de ciertos programas de venta de armamento. Así, Washington bloqueó la exportación de drones, Alemania suspendió la modernización de los carros blindados Leopard dos, Canadá o R. Unido dejaron de dar componentes precisos para sus drones… Mas quizá lo más grave fue la negativa de U.S.A. de vender su caza de quinta generación F-treinta y cinco a Turquía, que prosigue parada desde hace unos años, si bien oficialmente no cerrada totalmente. En verdad, esta resolución forzó a la Marina turca a reconsiderarse su portaaeronaves, que iba a embarcar estos F-treinta y cinco para reemplazarlos por drones.
En el periodo dos mil quince-dos mil diecinueve Turquía redujo a prácticamente la mitad las importaciones de materiales y tecnologías militares respecto del periodo dos mil once-dos mil quince y ha logrado desarrollar todos y cada uno de los aspectos de la industria, incluyendo el hardware o el software.