de esta forma birlan el dinero de sus clientes del servicio
Lidl, Carrefour… y ahora Mercadona. La cadena de súper de Juan Roig se ha transformado en el nuevo objetivo de los piratas informáticos. O bien, mejor dicho, sus clientes del servicio. Los ciberdelincuentes se hacen pasar por esta marca para para cometer sus malas prácticas. El procedimiento es variado, mas siempre y en todo momento se aprovechan de la confianza que transmiten estas empresas para procurar hurtar nuestros datos y, en consecuencia, nuestro dinero.
Su última tentativa la ha descubierto uno de sus clientes del servicio. Por medio de Twitter ha puesto en conocimiento de la compañía otro caso más de suplantación de la identidad. Concretamente, se trata de un e mail en el que se manda una encuesta que la víctima debería rellenar a cambio de percibir compras gratis. Zahorí, ¿cierto?? Mas falso. “¿Es real esta recompensa?”, ha preguntado el usuario de la red social. A lo que Mercadona ha contestado que se trataba de un engaño y que trabajaban para ponerle fin.
“No hacemos promociones, sorteos, ni obsequiamos vales de compra: se está utilizando nuestra marca sin autorización”, ha contestado la compañía mediante su perfil oficial. “Recomendamos que no facilites ningún dato personal ni efectúes ningún pago. Proseguiremos trabajando para eludir este género de fraudes. Gracias por informarnos”.
Aconsejamos que no facilites ningún dato personal ni efectúes ningún pago. Proseguiremos trabajando para eludir este género de fraudes. Gracias por informarnos.
— Mercadona (@Mercadona) March diecinueve, dos mil veintiuno
Otro caso afín debe ver con falsos cupones por un valor de quinientos euros. “Efectivamente, se trata de un fraude”, le ha confirmado el súper en Twitter.
Ciertamente se trata de un fraude. En Mercadona no efectuamos promociones ni sorteos. Se está usando nuestra marca y también imagen sin nuestra autorización. Te invitamos a que no compartas datos personales ni bancarios. Gracias por escribirnos. Un saludo.
— Mercadona (@Mercadona) April once, dos mil veinte
Con la disculpa de lograr algún premio, los delincuentes pretenden embaucar a sus objetivos y cumplir de este modo su cometido: conseguir nuestros datos bancarios. Esta práctica es famosa como phishing y podemos identificarla rápidamente: el texto acostumbra a contener erratas, incongruencias sintácticas, links rotos, expresiones sin ningún sentido… quizás, no todas y cada una al unísono, mas sí por lo menos alguna de ellas.
Un factor determinante es fijarse en la dirección desde la que se manda el correo. Si no coincide con el dominio de la marca pertinente, todo semeja señalar que es falso. Además de esto, hay que tener muy presente que las compañías nunca pedirán datos personales de forma tan directa, puesto que ya cuentan con ellos bajo tu permiso anterior.