Sociedad

Descubre la magia del barrio de las luces en Nueva York

La Navidad es una época muy especial en todo el mundo. Cada lugar tiene tradiciones y rituales que los distinguen a escala mundial.

Nueva York, la Gran Manzana del mundo caracterizada por la extravagancia, el color, las luces y su gente es un lugar lleno de muchas cosas por hacer y lugares que visitar en Navidad. El árbol Rockefeller es uno de los principales atractivos de la ciudad, con sus casi 20 metros de altura y 10 metros de ancho, y sus más de 30.000 luces hacen que sea inevitable ir a verlo.

Y hablando de luces, existe un lugar al sur de Brooklyn donde pueden encontrarse muchas más luces que las del árbol Rockefeller, un lugar mágico y extravagante digno de Nueva York.

Dyker Heights, el barrio de las luces

Dyker Heights es un barrio de Brooklyn cuyos habitantes compiten desde hace años por decorar sus casas de la manera singular en Navidad. El resto del año este barrio es bastante tranquilo, pero esta tradición de decoración ha hecho que en Navidad el lugar reciba miles de turistas y visitantes, quienes van a disfrutar de la decoraciones espectaculares que aquí se crean.

Esta tradición tiene su origen en 1986, cuando Lucy Spata comenzó a decorar su casa con una gran cantidad de luces navideñas. Aunque algunos vecinos se quejaban de esto, con el paso del tiempo más casas comenzaron a sumarse a esta iniciativa. Es así, como hoy en día este barrio está convertido en uno de los lugares de mayor visita decembrina en Nueva York.

En este barrio pueden encontrarse casas sencillas o mansiones gigantes, pero ninguno de sus dueños se abstiene de hacer su mejor decoración cada año. Las aplicaciones pueden ser diferentes, añadiéndole tecnología y muñecos hinchables gigantes, hay quienes incluso contratan empresas de decoración para hacer el trabajo cuyos precios pueden oscilar entre los 2.000 y 5.000 euros.

No existe dentro de este barrio una estructura de decoración, ya que como se ha mencionado, el origen de la tradición fue realmente casal, y por tanto, no existen reglas de decoración o una fecha particular de encendido. Cada vecino es autónomo en su forma de hacer resplandecer su casa. Sin embargo, después de la celebración del Día de Acción de Gracias comienzan a mostrarse las luces, por ello, si quiere tenerse la posibilidad de ver la decoración completa, es recomendable visitar el barrio en los días propios de diciembre.

El mágico camino al barrio de las luces

Ubicado entre las avenidas 11th y 13th, y entre las calles 83rd y 86th de Brooklyn, se encuentra el barrio de Dyker Heights. Es posible llegar a él por dos vías en el Metro. Una opción es utilizar la línea D y bajar en la calle 79th, o viajar por la línea R y bajar en la calle 86th. En ambas opciones el trayecto hasta el vecindario es de entre 15 y 20 minutos caminando.

Ir por Metro es la opción independiente de llegar a Dyker Heights, pero usualmente este recorrido se realiza en tour hasta el barrio. Por ejemplo, agencias como Interviajes Nueva York proponen excursiones mágicas de 5 horas para el recorrido. Se recomienda ir bastante abrigado dada las bajas temperatura de Nueva York en diciembre. Además, hay que tener presente que por ser una zona residencial, no hay locales o cafeterías en sus alrededores.

Hay que considerar los días, horarios y fechas adecuados para disfrutar a plenitud del espectáculo de luces. Son los fines de semana, aproximadamente después de las 17:00 horas, la mejor opción para visitar, pues es la hora en que comienza a oscurecer y si se decide visitar muy tarde, muchas casas ya tendrán la luces apagadas. Igualmente hay muchas casas que permanecen apagadas durante la semana. Estos días señalados son los de mayor afluencia de personas también, pero habrá mayor garantía de disfrutar por completo del espectáculo.

El espectáculo que puede apreciarse en este lugar es genial. Este barrio ha sido escenario de muchas películas, y por sus calles podrán encontrarse elementos característicos como muñecos de nieve, soldaditos, renos, elfos etc., pero la experiencia real de caminar por estas calles y descubrir por sí mismo las maravillas que se hacen con miles de luces, es indescriptible.

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