“El hurto de información sensible es una realidad incontestable”

“Resulta preciso asegurar la protección de la capacidad económica, tecnológica y política de este país, especialmente cuando la proliferación de ataques dirigidos y el hurto de información sensible representan una realidad incontrovertible”. Con esta oración de alarma, la ya exdirectora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, prologaba este mes de mayo el que sería su último informe al frente de los servicios secretos españoles y del Centro Criptológico Nacional (CCN).

Se trata de un documento publicado hoy por el CCN que, bajo el nombre de “Verificación del cumplimiento del Esquema Nacional de Seguridad”, viene a ser una guía de ciberseguridad en el campo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Y en su prólogo, la propia Esteban alarma de las “amenazas y vulnerabilidades asociadas al uso de las nuevas tecnologías”.

Empieza dejando claro que «en un planeta poco a poco más complejo y globalizado”, las TIC «desempeñan un papel de máxima importancia”, por lo que «debemos ser siendo conscientes de que la administración conveniente de la ciberseguridad forma un reto colectivo al que necesariamente nos debemos enfrentar”.

«El conocimiento de los peligros que se ciernen sobre el ciberespacio ha de valer para incorporar con garantías las medidas, tanto procedimentales como técnicas y organizativas, que dejen un ambiente seguro y fiable”, proseguía la exdirectora. Y recordaba, unas líneas después, que la meta de guías como la que prologaba es «prosperar el grado de ciberseguridad”, aparte de “mantener las infraestructuras y los sistemas de información de todas y cada una de las administraciones públicas con unos niveles perfectos de seguridad. Todo ello, con el fin de producir confianza y garantías en el uso de estas tecnologías, resguardando la confidencialidad de los datos y garantizando su autenticidad, integridad y disponibilidad.. Una «bastante difícil tarea”, resaltaba.

Unas aseveraciones que coinciden bastante con sus primeras palabras cuando tomó posesión como directiva del CNI, allí por febrero de dos mil veinte. Entonces, frente a la propia ministra de Defensa, Margarita Robles, señalaba: “El planeta de la información nos hace mudar mucho. Si no nos renovamos, si nos conformamos, nos vamos a quedar atrás y quienes nos conminan habrán ganado la partida. Y eso no lo vamos a permitir”, afirmó apuntando que una de sus prioridades sería la ciberdelincuencia. En verdad, avisaba: “Queremos dar un salto cualitativo que acrecentará nuestra eficiencia en un ambiente de seguridad que es cada vez más complejo y que nos demanda nuevas contestaciones que pongan en valor la Inteligencia al servicio del Estado”, agregando que “será un proceso largo que no va a estar exento de dificultades”.

Un proceso y unas contrariedades que se tradujeron en su cese el día de ayer como directiva del CNI a consecuencia de los casos de espionaje con el sistema Pegasus, tanto a los móviles del presidente del Gobierno y múltiples ministros como a veinta políticos independentistas. En verdad, hoy mismo Pedro Sánchez justificaba en el Congreso de los Miembros del Congreso de los Diputados el “relevo” de Esteban al frente de los Servicios de Inteligencia por la brecha de seguridad en los móviles del Ejecutivo.