el robot de Tesla presentado por Elon Musk
Elon Musk tiene una capacidad de convocatoria indiscutible y en el momento de adelantar sus nuevos productos crea una gran dosis de expectación que no siempre y en toda circunstancia se corresponde con la realidad. Eso es exactamente lo que ocurrió hoy por la madrugada a lo largo de la presentación de Optimus, el nuevo robot de Tesla que desea hacerse un hueco en los hogares de todo el planeta.
Optimus podría ser el hijo de los robots de la película Yo, Robot, con Will Smith y uno de los miembros del dúo musical Daft Punk. Mide prácticamente uno con setenta y tres, tiene un cuerpo efectuado en materiales ligeros de color blanco y negro y pesa apenas cincuenta y siete kilogramos. Afirmamos apenas por toda la tecnología que lleva en su interior: cámaras que le dejan observar su ambiente. Asimismo incorpora un cerebro, afín en procesamiento y funciones, a los que llevan los automóviles autónomos de Tesla solo que amoldado a su altura y su velocidad, de unos ocho km/h. Contiene una batería de dos,3kWh(que no sabemos cuánto tiempo puede marchar o cuánto tarda en cargarse) y tiene conectividad Wi-Fi y LTE.

A esto hay que sumarle cuarenta articulaciones electromecánicas: doce en piernas, otras doce en brazos, doce en las manos y dos en cuello y leño. Puede levantar, con un solo brazo hasta cinco kilogramos, transportar veinticinco kilogramos de un lugar a otro y, en peso fallecido, levantar setenta y cinco kilogramos. La idea de Elon Musk tras Optimus es pasar de “un robot sobre ruedas a un robot sobre piernas”, conforme se pudo ver en la presentación retransmitida desde las oficinas de la compañía en California.
El inconveniente es que, como adelantábamos, la presentación física del robot duró apenas unos minutos en los que salió al estrado, dio unos pasos algo torpes y evidentemente mecánicos y se retiró. El resto de lo que pudimos ver de Optimus se fundamentó en vídeos.
“El robot puede hacer considerablemente más de lo que os terminamos de enseñar – se justificaba Musk a lo largo del acontecimiento –. No deseábamos que se cayese de bruces. Así que ahora os vamos a mostrar ciertos vídeos del robot haciendo un montón de otras cosas”.
Hay que reconocer que las contrariedades con las que se halló Optimus son exactamente las mismas a las que se encararon los prototipos de Toyota o Sony entre otras: el equilibrio de un robot para pasear es algo muy complejo de lograr. Y cuanto más alto, más bastante difícil de lograr. Aún así Musk apuesta a que el robot paseará en general en las próximas semanas.

“Nuestro objetivo es fabricar un robot humanoide útil a la mayor brevedad – explicaba el CEO de Tesla – y asimismo lo hemos desarrollado usando exactamente la misma disciplina que nuestros automóviles, o sea, de manera que resulte posible fabricar el robot en un alto volumen a bajo costo y con alta confiabilidad. Así que eso es impresionantemente importante”.
Exactamente esta es la base de Optimus: no pretende crear un robot de millones de dólares americanos que cuente con apenas tres modelos. Musk apunta a millones de robots por un costo que no supere los veinte euros.
“Se han visto demostraciones de robots humanoides muy pasmantes – explicaba Musk –. Y eso es excelente, mas ¿qué les falta? Les falta un cerebro, no tiene la inteligencia para navegar por el planeta por sí solos, y asimismo son carísimos y se fabrican en bajo volumen. Al tiempo que Optimus está desarrollado para ser un robot exageradamente capaz, mas hecho en un volumen altísimo, seguramente millones de unidades y se espera que cueste mucho menos que un vehículo. Así que afirmaría que seguramente menos de veinte dólares americanos sería mi conjetura”.
Asimismo se charló de la seguridad “a fin de que no lleguemos a encararnos a un Terminator” y de una programación que lo haga afable y capaz de aprender de las conductas y rutinas humanas. Todos estos obstáculos se deberían superar, conforme Musk, “en los próximos meses… o años”. Lo inquietante es que las aplicaciones de Optimus, citadas por el propio Musk, pasan de jardinería, cocina o acompañamiento de mayores a “robots de compañía sexual”.