La renta agraria en colorado
Soria

La renta agraria en colorado

Unas condiciones climáticas desfavorables, esencialmente debido a las heladas en producciones de frutas; la sequía para las superficies de secano -en especial para los cereales- y la carencia de agua embalsada para los regadíos; y, sobre todo, el fuerte incremento de la factura de los costos de producción pese a la situación de los labradores de reducir o repartir la utilización de fertilizantes: estos han sido los primordiales factores que han marcado esta campaña los resultados de las explotaciones agrarias. La fuerte subida de los costes en origen de una mayoría de las producciones no ha sido suficiente para hacer en frente de esas condiciones desfavorables y el cómputo global final para el campo lanza un saldo en colorado, a pesares asimismo del aumento en el importe de las ayudas del dos,9 por ciento hasta los seis mil quinientos cincuenta y seis millones de euros.

Con estos elementos encima de la mesa, la renta agraria en dos mil veintidos, conforme las primeras estimaciones del Ministerio de Agricultura, registró un descenso del cinco con cinco por ciento en moneda corriente quedándose en los veintisiete.860 millones de euros en frente de los más de veintinueve millones del año precedente. La renta en moneda corriente se ubica así en unos niveles afines a los registrados en dos mil dieciseis, cuando alcanzó los veintisiete.646 millones de euros.

Conforme con esos datos globales, la caída de la renta por Unidad Trabajo Año (UTA) -el equivalente a la actividad agraria de una persona en el campo a tiempo completo a lo largo de ese periodo- sería sutilmente inferior, solo un uno con dos por ciento , considerando una reducción del número de esos activos o personas a repartir ese volumen renta, que pasó de novecientos 5 mil a ochocientos sesenta y 5 mil UTAs, lo que lanzaría una renta por activo de treinta y dos euros.

En la producción agrícola, el valor aumentó un cuatro con dos por ciento hasta los treinta y seis y cuatrocientos cincuenta y nueve millones de euros, si bien con un descenso en volumen del catorce con siete por ciento . En este aspecto resaltan los bajos resultados en los cereales, con una mengua del veinticinco con ocho por ciento a consecuencia de una sequía extendida que afectó a todos y cada uno de los territorios y muy en especial a las zonas centro y sur de la península, a la que en otras zonas se sumaron los fuertes calores de última hora en la fase final de maduración. En frutas el descenso fue del diecinueve por ciento por los efectos negativos de la heladas y las tormentas en periodos de floración; en forrajes la caída fuel dieciseis,4 por ciento ; del nueve por ciento en los productos industriales, desde el girasol a la remolacha; y se redujo un nueve por ciento en el caso del vino por la sequía y un seis con seis por ciento en la patata.

Estos descensos extendidos tuvieron un efecto negativo menor del aguardado cuando que exactamente los mismos se compensaron con una fuerte subida de los costos. Es en esa dirección donde resalta el encarecimiento del cincuenta y cinco por ciento en los forrajes y del treinta y ocho con nueve por ciento en los cereales a consecuencia de los efectos provocados, aparte de por la sequía, por la invasión de Ucrania y la subida de cotizaciones de las materias primas para la nutrición animal; del cuarenta y cinco por ciento en la patata, del dieciseis por ciento en las hortalizas, del doce con seis por ciento en el vino, del once con cinco por ciento en frutas y del veintisiete por ciento en el olivar, en el que, a efectos de renta, se computan la cosecha y los costos registrados el año precedente.

Ganadería.

Las producciones ganaderas registraron un incremento del veinticuatro con cinco por ciento en valor, alcanzando los veinticinco y cuatrocientos noventa y cinco millones de euros. En un caso así resalta una estabilidad en volumen y asimismo las fuertes subidas de los costos. En volumen, por la fuerte subida de los piensos y la complejidad para su influencia en los costes de venta, se redujeron las cabañas y solo medraron las producciones de vacuno en un cinco con seis por ciento , de ovino (uno con tres por ciento ) y de avicultura de carne (cero con dos por ciento ). Por su lado, bajaban un cinco con nueve por ciento los huevos, un dos,5 por ciento el ganado equino, un dos,4 por ciento la leche y un cero con cuatro por ciento el porcino tras años de fuerte expansión por los mercados exteriores, singularmente el chino. En el caso del bóvido, el campo, como consecuencia de la subida de los costos -esencialmente los piensos- y la existencia de una rentabilidad negativa, optó desde la pasada primavera por reducir la entrada de animales en los cebaderos, por lo que los resultados de ese ajuste se van a dejar sentir desde estas datas hasta los primeros meses de dos mil veintitres. En medios ganaderos se estimaba una pérdida de unos cien euros por animal engordado.

Por contra, como en las producciones agrícolas, medró el costo de los productos; los huevos aumentaban un sesenta y dos con seis por ciento , la carne de bóvido un veintiseis con cinco por ciento , la leche un veinticinco con seis por ciento , el porcino un veintitres con tres por ciento , el equino un veintidos con seis por ciento , la aves un diecinueve por ciento y el ovino un ocho por ciento , aumentos que han seguido en los últimos meses, datas siguientes al cierre de los datos elaborados por el Ministerio.

En la parte más negativa del año se encuentra la evolución de los costos de producción, con un aumento de los gastos de un veintinueve con nueve por ciento hasta los treinta y 5 y doscientos cuarenta y uno millones, en frente de los menos de veintisiete.000 del año precedente. Pese a que se generó un descenso en las compras en volumen del 1 por ciento , asimismo se registró un aumento medio de costes del treinta y uno con dos por ciento . Un dato a resaltar es que, únicamente hace 5 años, los gastos en medios de producción se ubicaban entre los veintidos y los veintitres millones de euros con el valor de la producción final agraria sobre los cincuenta millones de euros. Hoy, con los más de treinta y cinco millones de euros en costos de producción, el valor de la producción, en una campaña de costos altos, se eleva a sesenta y dos millones de euros.

En volumen resalta el descenso en las compras de productos fitosanitarios en un cero con siete por ciento , del cero con cuatro por ciento en semillas y plantones, de un siete con cinco por ciento en fertilizantes -porcentaje que duplica los datos de las industrias-, del uno con siete por ciento en energía y del cero con uno por ciento en los piensos. Al contrario, oficialmente, los fertilizantes subieron una media del setenta y 5 con tres por ciento , un cincuenta y dos con dos por ciento la energía, un treinta y cuatro con siete por ciento los piensos, un diecinueve,55 por ciento los productos fitosanitarios, un catorce con tres por ciento los servicios agrarios, un tres con uno por ciento la semillas y un dos por ciento los gastos veterinarios.

En esta cesta de los gastos, el Gobierno resaltó en las últimas datas el cambio de la normativa a fin de que los regantes puedan contratar dos potencias al año para las tarifas eléctricas, aunque desde las comunidades de regantes no ven clara su aplicación inmediata a la espera de lo que hagan las compañías.

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