Se habla mucho en la actualidad de la dieta sana, y de las bebidas y alimentos que deben formar parte de un menú de este tipo. Por lo general, los expertos recomiendan que esta dieta sea rica en alimentos de origen vegetal y fibra, y baja en grasa de origen animal. Pero, ¿cuáles son los que se deberían incluir de manera imprescindible?

Hay muchas teorías que tratan de discernir cuál es la dieta sana más saludable. Posiblemente la más equilibrada sea aquella que incluya dos raciones de verdura diaria, 2-3 piezas de fruta al día, alimentos del tipo carne, pescado y huevos, así como cereales ricos en fibra (pasta, arroz, pan integral, legumbres, etcétera).

Alimentos para una dieta saludable

Uno de los pescados más interesantes para incluir en este tipo de dietas es el mero. De tipo semigraso (6 gramos de grasa en 100 gramos de mero), apenas aporta unas 120 calorías. Cuenta además con grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas, minerales como fósforo, magnesio y potasio, y vitaminas B2, B3, B6, B9 y B12.

Junto al mero, hay otros pescados que habría que incluir en cualquier dieta saludable. Empezando por el salmón, rico en ácidos grasos omega 3 y vitamina D, y continuando por el atún, que contiene calcio, hierro y vitaminas D y B12. Hay que señalar también la trucha, el arenque, la caballa, la sardina, la sepia y las almejas.

De entre las carnes, hay que incluir en cualquier menú saludable, los cortes magros de la ternera (solomillo y lomo), el cerdo (lomo), pollo y pavo, la paletilla de cordero lechal y el conejo. Sin olvidar que debe tratarse de carne de calidad y que cuente con todas las garantías sanitarias.

La verdura y las piezas de fruta también son imprescindibles en cualquier dieta sana. En ambos casos, se puede tomar la pieza entera o hacer preparados con una batidora de mano. Además, una batidora permitirá hacer no sólo batidos sanos, sino que también logra que se coma de forma más saludable al no utilizarse ningún alimento procesado, sólo naturales.

Bebidas para una dieta sana

La bebida más saludable por excelencia, para acompañar una dieta sana, es el agua. No obstante, hay quien prefiere también darle un poco de sabor y tomar zumos con base de fruta, como el zumo de remolacha o el agua de coco. Zumos que, evidentemente, sean siempre naturales.

Junto a éstos, habría que destacar también la leche semidesnatada y de soja, que cuenta con altos niveles de calcio, vitamina D y proteínas. El té es otra de las bebidas más saludables, especialmente el blanco, el negro, el rojo, el azul y el verde.

Para darle un toque de sabor, la horchata es otra bebida saludable a tener en cuenta. Una bebida vegetal que se puede tomar en cualquier momento del año y cuyas chufas se plantan mayoritariamente en Valencia. ¿La horchata tiene proteina láctea? Es una de las preguntas que puede hacerse cualquier persona para llegar a la conclusión de que se trata de una bebida saludable.

Siempre y cuando sea con moderación, hay tres bebidas que pueden ser muy saludables. El café, el cacao y el vino tienen propiedades que, en su medida justa, van a favorecer cualquier tipo de dieta sana. El café, por ejemplo, se puede tomar sin leche y sin azúcar, para reducir la posibilidad de tener diabetes de tipo 2.

El cacao, por su parte, posee un alto nivel de antioxidantes. Pero también debe tomarse sin leche y sin azúcar, para sacarle el máximo rendimiento.

Por último, habría que hablar del vino, que también posee propiedades antioxidantes. La gama de los vinos tinto, son a su vez ideales para incrementar el colesterol bueno. Nada mejor, pues, que unos vinos de bodegas del Bierzo para poder disfrutar de las maravillas nutricionales y de sabor de estos caldos.

Una dieta sana y equilibrada debe estar acompañada de la práctica de ejercicio físico. Ambas situaciones se complementan para que el organismo de la persona pueda funcionar de manera óptima.

Cualquiera de estos alimentos y bebidas forman parte de un menú saludable. La perfecta combinación de los mismos, ofrecerá los mejores resultados para cada persona. Una dieta sana que permita no sólo llevar un ritmo de vida satisfactorio, sino que también sirva como elemento previsor de enfermedades.