Mimar nuestra piel: un vínculo entre la salud y la belleza
Cuidar de nuestra piel no sólo guarda una función cultural estética. Encargada de protegernos tanto de la temperatura como de las bacterias, debemos tratar la piel con sumo respeto y cuidado. Por ello, siempre es recomendable apostar por cosméticos que no vendan su salud por la belleza y que, además de ser naturales, gocen de una eficacia y durabilidad mayores.
La belleza de nuestra piel no debe comprometer su salud
Cuidar de nuestra piel no sólo guarda un objetivo estético, si no que se trata de una actividad fundamental para la salud de nuestro organismo. Si bien no hay que olvidar que la apariencia es también importante para fortalecer la autoestima, es preciso nutrir nuestra piel con productos beneficiosos y de calidad probada. En ese sentido, y aun a pesar de su vínculo con la salud, desafortunadamente muchos de los cosméticos del mercado pueden estropearnos la piel. Es por ese motivo que, a la hora de indagar sobre las mejores aplicaciones para ésta, es más que recomendable apostar por productos naturales que embellezcan la piel sin maltratarla a largo plazo.
Entre otros, existe una gran variedad de cremas y sérums cuyo uso puede beneficiar altamente la salud de nuestra piel. Uno de los más extendidos, especialmente porque su área de aplicación es nuestro rostro, es el Serum facial, entre cuyas firmas de mayor calidad podemos encontrar la tienda online de cosmética Segle Clinical. Una empresa especializada en sérums con textura ligera y mayor eficacia, enfocándose en activos biotecnológicos extraídos de las plantas y el mar a fin de aumentar su concentración y, por ende, la eficiencia de sus cremas y sérums. Una opción saludable y sostenible para lucir una piel rejuvenecida, tersa y, sobre todo y más importante, sana.
¿Por qué debemos cuidar nuestra piel?
Sin entrar en cánones estéticos, es un hecho que la piel constituye y ha constituido por siempre una base de la noción cultural de la belleza. En esa línea, la proyección de la piel del ser humano goza de una asombrosa variedad, que va desde el culto a cierto tipo de pecas en el mundo occidental hasta su escarificación o tintado en algunas tribus, por no mencionar el intenso mundo del tatuaje. Con ello, se entiende que lucir una piel bonita es también un factor social, pensado para encajar en el imaginario estético de una cultura o etnia según su talante e idiosincrasia. Pero, lejos de este punto irrebatible, cuidar de nuestra piel va más allá de la belleza y sus cambiantes apreciaciones.
Abordando el perfil anatómico, la piel es el órgano más grande del cuerpo. Cubriendo nuestro exterior, esta se encarga —y aunque pueda parecer una barrera algo delicada— de nada más y nada menos que de proteger nuestros órganos internos. Concretamente, protegiéndonos de las bacterias que se encuentran en el exterior y que amenazan a nuestra salud general —desde microorganismos a sustancias químicas—, pero también actuando como escudo contra el frío y el calor, lo que nos permite regular nuestra temperatura. Motivos más que suficientes como para tener en cuenta que la piel, más que la función estética, es de suma importancia para nuestra supervivencia.
Pero no solo eso. Además, la piel también es la principal encargada de la percepción o la sensibilidad. Un factor que nos permite, entre muchos ejemplos, sentir dolor como sistema de alerta para nuestra capacidad de autoprotección, así como sentir placer. En otro punto, la piel nos sirve para excretar y absorber sustancias; como lo puede ser eliminar toxinas del cuerpo o el mismo sudor, pero también recibir remedios en forma de ungüento. Retomando cuestiones sobre su aspecto, y de nuevo sensibilidad —donde entra en juego la nocicepción—, siendo útil para realizar un diagnóstico médico a partir de su apariencia y percepción de los estímulos. Un órgano muy completo.
Apostar siempre por productos naturales, testados y de calidad
Tanto si se trata de cuidar nuestra piel por motivos estéticos como si es la salud la que nos empuja a ello, cabe tener claro en todo momento qué cosméticos utilizar en la piel para no perjudicarla. Como es natural, el mercado nos ofrece un extenso abanico de soluciones, de mayor y menor calidad y precio, que se ajusta prácticamente a todas las necesidades del usuario. Sin embargo, es imperativo evitar productos agresivos, que a costa de subrayar la belleza dérmica puedan comprometer nuestra piel a largo o incluso corto plazo.
En el campo de los serums antiarrugas, tomando un ejemplo de otro de los productos cosméticos más populares, debemos seguir el mismo criterio. Como bien recuerda la ya mencionada Segle Clinical, su eficiencia radica en el uso de activos adecuados. Es decir, todo aquel ingrediente que contribuya al objetivo deseado sin alterar la estabilidad de nuestra piel. Razón por la que esta empresa utiliza siempre biotecnología azul y verde en combinación con ingredientes científicamente aprobados, de trayectoria ligada al mundo de la cosmética por su eficiencia e imperturbabilidad negativa de la piel.
Natural, sostenible y eficaz
La cosmética biotecnológica, piedra angular de Segle Clinical, es aquella que parte del uso de fuentes naturales tanto para encontrar la aplicación adecuada para nuestra piel como para producirla. Así, el punto de partida son los organismos muy resistentes a medios y ambientes extremos, cuya composición resulta óptima para aplicarse en la piel incluso aumentando su eficacia para regenerarla, repararla y, además, cuidarla. Al tratarse de elementos naturales, obteniendo resultados más rápidos y duraderos por parte de productos que, además, son multiacción.
Ovillando el criterio natural, cabe decir que el uso de ingredientes biotecnológicos en los productos cosméticos como los de Segle Clinical es también sostenible. Además de libre de pesticidas y herbicidas, consigue ahorrar hasta un 99% tanto en consumo de agua como en extensión de terreno. Dicho de otro modo, una grandiosa aportación a la salud de nuestra piel y, por lo tanto, de nuestra vida; con un impacto mínimo en la salud de nuestro ecosistema.