“No es la medida que pensamos que pueda ayudar”
Economía

“No es la medida que pensamos que pueda ayudar”

Nuevo desencuentro en el Gobierno de alianza solo veinticuatro horas una vez que llegasen a un pacto sobre el nuevo plan anticrisis que presentó el día de ayer personalmente y a solas el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha vuelto a enseñar su disconformodidad con la parte socialista al estimar que la bajada del IVA a ciertos comestibles de la cesta de compra, incluida en el real decreto de medidas para hacer en frente de la crisis inflacionaria, “no es la medida que creo que mejor pueda ayudar”.

En conferencia de prensa para hacer cómputo del primer año de vigencia de la reforma laboral, Díaz ha valorado la “magnitud extraordinaria” del bulto de medidas aprobado el día de ayer por el Consejo de Ministros, si bien se ha mostrado firme a su juicio expresada días atrás sobre la rebaja del IVA. “Es verdad que para nosotros no es la medida que pensamos que pueda asistir, mas es cierto que esto es una negociación” y recordó que “el Partido Socialista Obrero Español tampoco deseaba congelar los alquileres”, ha señalado en su comparecencia frente a los medios.

Así, la vicepresidenta segunda ha asumido que se trata de una negociación en el partido de alianza y, al igual su capacitación ha cedido en la integración de esta medida tributaria a ciertos comestibles, el Partido Socialista lo ha hecho con la congelación de los alquileres. “Fue una negociación intensa”, ha reconocido, tras dar las gracias en público la tarea de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y de su equipo.

Ahora bien, la vicepresidenta segunda ha protegido que la medida tributaria para ciertos comestibles que incorpora el Gobierno “no es la que desea el PP y las grandes distribuidoras”. “Lo que deseaban era una bajada completamente extendida del IVA en los comestibles y esto no se genera de ninguna de las maneras”, ha subrayado.

Además de esto, la vicepresidenta segunda ha puesto en valor que esta medida va ligada al control de los márgenes empresariales y a la prohibición de ensanchar márgenes por la parte de las grandes distribuidoras y va a ser la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia la que va a jugar un papel esencial en este sentido, observando si se traslada la rebaja del IVA a los costes de los comestibles.

Ya en clave de reforma laboral, Díaz, resaltó que en el año de vigencia de la reforma laboral, que se cumplirá el treinta y uno del actual mes, se ha conseguido bajar en 7 puntos la tasa de temporalidad hasta ubicarla en el diecisiete con cinco por ciento en el campo privado y que es la más baja de toda la serie histórica considerada, que comienza en dos mil siete. Para la ministra, “el dato más relevante” de la reforma es el referido a la temporalidad, que en el tercer trimestre del año vigente fue del diecisiete con cinco por ciento en el campo privado frente al veinticuatro,6 por ciento del mismo periodo de dos mil veintiuno, con datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), que deja el empleo temporal en el veinte con tres por ciento del total, una tasa superior a la de la zona euro, del quince,2 por ciento, si bien la ministra prefirió ver el vaso medio lleno pues “nos acercamos de forma veloz a la media europea”.

Asimismo resaltó que, en el amontonado de enero a noviembre entre dos mil diecinueve y dos mil veintidos, los contratos temporales se han reducido en prácticamente ocho con dos millones y los indefinidos se han aumentado en cuatro con cinco millones. En suma, prácticamente trece con nueve millones de asalariados tienen un contrato indefinido, “cifra récord”, resaltó. Lo que no apuntó es que la duración de estos nuevos contratos de larga duración se ha desplomado al mínimo en quince años, ya que se firman más contratos de esta clase mas su duración no supera el mes de vida en una tercera parte de ellos y la media de todos estos contratos se ubica en un máximo de cuarenta y cinco días, el mínimo desde dos mil seis.

Además de esto, de los contratos indefinidos hasta noviembre, dos con uno millones han sido la modalidad de fijos intermitentes -que cuando acaban no computan como parados por el hecho de que están en situación de activos-, lo que supone multiplicar por 9 los doscientos cuarenta y seis mil ciento noventa y cuatro en esta modalidad en los once primeros meses de dos mil veintiuno, y los indefinidos a tiempo parcial alcanzaron los uno con seis millones tresdoblando la cantidad del mismo periodo del año precedente. Además, los indefinidos de duración inferior a una semana asimismo se han disparado y suponen ya el dieciocho por ciento y los despidos de empleados indefinidos en periodo de prueba se han multiplicado y han pasado de suponer un cero con quince por ciento del total de contrataciones indefinidas a un cero con treinta y cuatro por ciento , prácticamente el doble.

La vicepresidenta reconoció claramente que con la reforma laboral se ha encarecido el costo del despido para las empresarios “indirectamente”, puesto que son más los trabajadores con contrato fijo y menos los que tienen uno temporal, y avanzó que se van a destinar tres mil quinientos millones de euros hasta dos mil veintisiete del fondo social europeo para la empleabilidad de los jóvenes en España.

Díaz insistió en que el tema de los fijos intermitentes es una polémica “bastante artificial”, negó que haya más parados de los que se publican por no dar a conocer la cantidad de fijos intermitentes parados y solicitó a los analistas distinguir entre la política y la ciencia. “Ejercer el ‘trumpismo’ en las estadísticas españolas es una malísima práctica democrática”, y recordó que no se ha alterado la manera de contabilizar los fijos intermitentes y que el peso que tienen estos contratos es “ínfimo” sobre el total.

No deseó irse sin dejar un “recadito” al primer partido de la oposición al aseverar que “se ha acabado el bipartidismo en las políticas laborales de nuestro país” y consideró que las cincuenta y dos reformas laborales precedentes “caminaban en una sola dirección que era desregular el mercado de trabajo y recortar los derechos de los trabajadores” y son “la historia de un fracaso”. “Este es el Gobierno de los trabajadores”, definió.

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