U.S.A. desplegará cien de estos veleros no tripulados
Esta semana Israel y USA han señalado a Van a ir como responsable de agredir, con drones, a un petrolero operado por una compañía de propiedad israelí. Para eludir cualquier clase de enfrentamientos, el Comando Central de U.S.A. (CENTCOM) ha anunciado que desplegará más de cien naves no tripulados en aguas del golfo Pérsico. Más particularmente se trata de Saildrone Explorer.
“Los sensores de estos sistemas no tripulados – explico el comandante Erik Kurilla, del CENTCOM – van a recoger información continuamente, brindándonos ojos y oídos en el mar, en tierra y en el cielo en todo momento”.
Concebido en un inicio como instrumento científico, los saildrone miden unos siete metros de largo y cinco metros de alto. Están pertrechados con paneles solares para nutrir los ordenadores de a bordo y decenas y decenas de sensores que trabajan con inteligencia artificial (IA). La nave se desplaza merced al impulso del viento. A bordo se pueden poner diferentes equipos en dependencia de la misión. Todos están pertrechados con GPS para proseguir las sendas que se hayan escogido anteriormente, siempre y en todo momento teniendo presente los vientos y las corrientes de forma autónoma.
Hasta el momento estos drones se han desplegado en misiones de colección de datos en el Ártico, el Atlántico, el Mar del Norte, el Pacífico, el Golfo de México y durante la costa oeste de América del Norte para rastrear peces y mamíferos, medir la acidificación del océano, advertir y rastrear filtraciones y derrames de petróleo y efectuar gráficas subacuáticas para una navegación segura.
El Saildrone Explorer asimismo se puede emplear para efectuar misiones autónomas de colección de datos de largo alcance a lo largo de un máximo de doce meses sin precisar retornar al puerto para mantenimiento o reabastecimiento de comburente. En el mes de octubre de dos mil trece, un dron de candela apodado Honey Badger completó la primera travesía del Pacífico en modo autónomo, navegando dos mil doscientos cuarenta y ocho millas náuticas (más de cuatro mil cien km) en treinta y cuatro días, desde San Francisco a Hawái.
Usan el viento para impulsar un ala de cinco metros de alto y con un diseño afín al ala de un aeroplano. El viento que pasa sobre el ala genera empuje, y una pequeña lengüeta en el extremo de la cola unida al ala controla el ángulo de ataque. El timón controla la dirección del casco y la quilla sostiene el dron erguido. A todas y cada una estas ventajas hay que añadirle que se pueden desplegar desde cualquier puerto y retornará al mismo lugar tras haber cumplido su misión… si bien esta tenga una duración de doce meses.
Para asegurar operaciones seguras en el mar, cada dron lleva un transceptor del Sistema de Identificación Automatizado (AIS), que le deja ver el tráfico comercial circundante. Los automóviles son lentos y están diseñados para ser muy perceptibles. Asimismo está pertrechado con un reflector de radar, colores de alta visibilidad para la visibilidad diurna y una luz de navegación refulgente para la noche. Cada vehículo lleva 4 cámaras a bordo para brindar conocimiento del dominio a los operadores en el control de la misión.