Tecnología

¿Vamos a ver un nuevo internet tras el coronavirus?

Aseguran que va a tener fluidez y que va a combatir los inconvenientes de sobrecarga, y aseguran que podrá aguantar las nuevas demandas que van a llegar con los automóviles autónomos, las comunicaciones holográficas y otra larga serie de innovaciones: es el nuevo internet que China desea arrancar para sustituir al actual. Consistiría en que los dispositivos de exactamente la misma red se comunicaran de forma directa entre ellos, sin mediadores, y, conforme publica el Financial Times tras hacerse con un documento de Huawei y una presentación, ya se ha hecho una primera propuesta a la Unión Internacional de Telecomunicaciones de las Naciones Unidas.

Ya se ha hecho una primera propuesta a la Unión Internacional de Telecomunicaciones de las Naciones Unidas

Conforme la multinacional asiática, una parte de la tecnología que se precisa va a poder comenzar a probarse el próximo año. Y, en algún instante, los cuatro mil cuatrocientos millones de usuarios que hay en el planeta, conforme el informe Digital dos mil diecinueve, van a poder emplearla. Mas, ¿es viable? Los especialistas lo ponen duda. “El nuevo internet que se plantea está lejísimos de ser una realidad. Ni siquiera están claros los requisitos y las tecnologías que lo van a soportar”, apunta Pere Tuset Peiró, maestro de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación y directivo del máster de Industria cuarenta de la UOC. En cualquier caso, si acabase encontrándose la manera de desarrollarlo, no lo veríamos en un corto plazo. “En vista de la experiencia, no sería un diseño desde cero, y tampoco va a haber una transición radical entre los dos, pues el modelo de negocio que sosten internet (operadores que prestan servicio de acceso a la red y empresas que prestan servicios a través de esta) no lo soportaría”, agrega Tuset Peiró.

¿De qué manera funcionaría?

Lo que se conoce de la propuesta dirigida por Huawei, que describe la infraestructura del internet actual como “inestable” y también “insuficiente”, es que busca sustituir el sistema que ahora utilizamos, en el que para trasmitir datos cada dispositivo manda bultos de información a una dirección. Esta tecnología, que lleva más de cuarenta años en funcionamiento, se fundamenta en el protocolo de control de transmisión o bien TCP y el sistema de direcciones conocido como protocolo de internet o bien IP. El inconveniente actual es que, conforme Huawei, las redes están poco a poco más separadas y también personalizadas, y eso hace que la intercomunicación entre ellas sea más lenta y compleja. Es lo que desea solventar el nuevo sistema, que se fundamentaría en una tecnología en la que los dispositivos de exactamente la misma red se comunicarían de manera directa entre ellos, sin depender de un satélite o bien intercesor.

No obstante, no sería plenamente libre. Se prevé que este nuevo sistema requeriría de algún sistema de autentificación para poder marchar, lo que acarrearía el rastreo de los datos. En el caso de que se solventaran las contrariedades técnicas para ponerlo en marcha, se abriría la puerta a la censura, y países como U.S.A., R. Unido y Suecia ya han manifestado sus reservas. “Internet es una red de redes, de tal modo que el término de internet como una sola red bajo el control exclusivo de un gobierno, un operador o bien una compañía no existe y carece de sentido. Probablemente no lo va a tener nunca”, asevera Pere Tuset Peiró.

Como explica Sergio de Juan-Creix, maestro cooperador de los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la UOC y especialista en derecho digital del despacho Croma Law Firm, aunque con el sistema actual podemos ser identificados a través de la dirección IP, con un sistema de autentificación sería considerablemente más fácil. “Actualmente, identificar a alguien por su IP precisa de una autorización judicial que ordene a los operadores descubrir la identidad de una persona, mas con un sistema de autentificación para acceder a internet esta posibilidad sería más abierta”, asevera señalando que no solamente los operadores, sino más bien asimismo otros agentes podrían supervisar nuestro empleo de internet, con el peligro que ello acarrea para nuestra privacidad y también amedrentad.

No serían las únicas esferas que podrían verse atacadas. “Además, podría poner en alerta otros derechos esenciales como la libertad de expresión y de información«, explica De Juan-Creix, quien agrega que, si bien el inconveniente de la autentificación ya se da en muchas webs, plataformas y redes sociales, “si se emplea como una llave de entrada a internet, podría limitar el acceso a ciertas personas o bien medios con una evidente limitación o bien control potencial al derecho esencial a la libertad de expresión y de información, pilares básicos de la pluralidad democrática”.

¿Por qué razón esta propuesta?

Como recuerdan Pere Tuset Peiró y Xavier Vilajosana, los dos estudiosos del conjunto Wireless Networks (WiNe) del Internet Interdisciplinary Institute (IN3) de la UOC, el origen de internet, que se remonta a la década de los sesenta, es militar. Se diseñó con una arquitectura distribuida y con soporte para múltiples tecnologías de comunicación con la meta de asegurar su funcionamiento en el caso de un ataque a lo largo de la Guerra Fría. Ese diseño distribuido y con soporte para múltiples tecnologías de comunicación tiene 2 ventajas principales: su escalabilidad y su solidez. “Por un lado, su escalabilidad ha tolerado aguantar nuevos servicios y el desarrollo exponencial del tráfico desde sus comienzos. Por otra parte, su solidez ha tolerado que múltiples servicios puedan marchar sobre esta red pese a que no pueda ofrecer una garantía rigurosa de calidad por el hecho de ser distribuida”, asevera Xavier Vilajosana.

Estos 2 factores han sido la base sobre la que se ha sostenido el desarrollo de internet desde sus principios como red comercial. Y, gracias a ella, el ancho de banda de conexión a internet ha crecido un cincuenta por ciento anualmente de forma sostenida a lo largo de los últimos cuarenta años, “de modo que se ha pasado de un acceso de cien bits por segundo a un acceso de un gigabit por segundo. Además de esto, se calcula que el tráfico de internet ha pasado de 1 terabyte por mes a principios de los noventa a ciento veintidos mil petabytes por mes en nuestros días, lo que representa un aumento de ciento veintidos mil.000 veces en los últimos treinta años”, explica Pere Tuset Peiró.

Mas el diseño distribuido asimismo tiene desventajas, y la primordial es la que puede limitar su desarrollo futuro: como ningún organismo tiene el control absoluto de la red, resulta complicado asegurar la calidad del servicio de las aplicaciones alén de la propia red del operador que presta el servicio de acceso. Conforme Tuset Peiró y Vilajosana, es una de las razones por las cuales en los primordiales organismos de estandarización internacionales, que incluyen fabricantes y operadores de telecomunicación, haya mucho interés en ver cuál es la mejor opción alternativa para asegurar la escalabilidad de la red, singularmente a la vista de nuevas aplicaciones y servicios en tiempo real.

Por otro lado, asimismo hay un interés de los gobiernos para mantener el control de la red por múltiples motivos, y estos podrían haber influido en que China esté procurando tomar el liderazgo. “En primer sitio, la venta de equipamiento y prestación de servicios supone un volumen de negocio fundamental para las compañías del campo. Seguidamente, el hecho de tener control sobre la red y sobre los datos que circulan en ella deja a los gobiernos conseguir información directa sobre sus usuarios e inclusive filtrar el acceso a determinados contenidos”, asevera Tuset Peiró.

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